Acabar con la leyenda negra de Almanjáyar
Almanjáyar un mundo por descubrir
El Salto Está a solo tres kilómetros del centro de Granada, pero de nada sirve buscarlo en los mapas que regalan en los hoteles. Tan cerca y, al tiempo, tan lejos de los bares de tapas y los paseos turísticos por las callejuelas del Albayzín respira el barrio de Almanjáyar, uno de los más degradados de Andalucía. Para los visitantes no existe y para los locales es sinónimo de droga y marginalidad, de reyertas con armas de fuego e invernaderos clandestinos de marihuana. Para ellos, para las 5.000 personas que resisten en “el polígono”, es una seña de identidad, pero también una condena. “Tú vas por el centro y dices que eres de Almanjáyar y ya te miran distinto”. “Hay gente que me pregunta cómo me atrevo a vivir aquí”. “Un día me dijeron: ¿eres de Almanjáyar? Entonces eres muy chungo”. El coro lo forman Jesús, Ainara y Emmanuel. Tienen entre 16 y 19 años. Los tres se han criado en esta zona al norte de Granada y saben bien lo que eso implica. Los escasos kilómetros que les separan del centro pueden marcar la diferencia en algo tan básico como conseguir un empleo. “Tú vas a un trabajo y dices que eres de aquí y no te cogen, eso seguro”, afirma Jesús con toda naturalidad. Cierra la frase con un resoplido que, sin palabras, viene a decir “es lo que hay”. Es la consecuencia de un estigma que se sigue heredando de padres a hijos.El formulario no está publicado.